No tenía nombre, pero me la estaba poniendo bien dura, la veía en el metro y sus piernas se cruzaban como en Instinto básico, intentaba distraerme con el mp3 mientras escuchaba unos discos variados de SKA. la chica seguía ahí mirando y seduciendo con sus rasgados ojos negros mis partes nobles. La siguiente parada era Alonso Martínez, y seguía con la misma mirada lasciva, su deseo impregnado y mis ganas de follar llegaron a buen puerto nos bajamos en Tribunal, y de ahí linea 1 directo a Congosto, mi casa. Se llamaba Ellen, era alemana y estudiaba medicina en Madrid. No me dio ni su telefono, ni su red social.
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